Nuestra Fe

Otra vez: amarás

9. junio 2025 | Por | Categoria: Nuestra Fe

Una vez, anteriormente, trajimos el Primer Mandamiento de Dios, que nos impone el amor. Pero nos quedamos en su primera palabra, sin mirar los dos cauces que Dios ha señalado al único amor del corazón: Dios y el hermano. Hoy, vamos a adentrarnos en esos dos brazos del río por el que van corriendo las aguas de nuestro amor, hasta que desemboque en el mar inmenso de la eternidad…



La sinceridad de la fe

2. junio 2025 | Por | Categoria: Nuestra Fe

¿Cuál fue uno de los problemas más acuciantes que detectó el Concilio? Fue el divorcio entre FE y VIDA que padecen muchos católicos. Se cree una cosa y se vive otra. Los de fuera nos pueden cuestionar, y nos cuestionamos también nosotros mismos: ¿somos o no somos? ¿somos católicos de verdad, o somos católicos de mentirijillas?…



No robarás. ¿Por qué?…

26. mayo 2025 | Por | Categoria: Nuestra Fe

Hay en la Ley de Dios un mandamiento que, de ser observado, se evitarían en la sociedad la mayoría de los males. Es el séptimo de la tabla: el “no robarás”. Porque será siempre una verdad aquello de que todo obedece al dinero. Nuestro Padre Párroco, en un plan de buen humor, nos decía familiarmente en una reunión:
– Yo no sé para qué me quebré la cabeza durante los estudios de Moral sobre el Séptimo Mandamiento de la Ley de Dios. Todo eran reglas y más reglas, aplicaciones a casos enrevesados, dificultades que sólo divertían al profesor, y total, ¿para qué?… Los únicos que te vienen con un problema de robo son los niños que han escondido unos centavos para comprarse algunos dulces…



Dios y el hombre al encuentro

19. mayo 2025 | Por | Categoria: Nuestra Fe

Dios y el hombre parece que están jugando al escondite. Con esta frase familiar quisiera sintetizar el pensamiento de los primeros números del Catecismo de la Iglesia Católica (28-30) ¿Por qué buscamos a Dios? Pues…, porque lo sentimos. ¿Por qué Dios nos busca? Pues…, porque le interesamos. ¿Por qué nos buscamos mutuamente Dios y nosotros? Pues…, porque Dios nos ha hecho para Sí, y nos atrae; porque nos sentimos arrastrados hacia Él, y no estamos tranquilos mientras no descansamos en Él…