Hasta la cumbre
26. agosto 2021 | Por Padre Pedro Garcia | Categoria: IglesiaEntre las muchas florecillas de San Francisco de Asís, pocas ganarán en gracia y ternura a lo que le pasó con aquel campesino atrevido.
El pobre Francisco no podía ya con su cuerpo de cansado que estaba, con tanta oración, con tanta penitencia, con tanto atender a las turbas que le rodeaban siempre. Para reparar sus fuerzas maltrechas, quiere retirarse al monte Alvernia, tan delicioso para él, y gozar de Dios entre la paz de sus árboles, el frescor de sus fuentes y el cantar de sus pájaros.
Aunque está Francisco tan débil que para poder llegar han de pedir a un buen hombre lo lleve hasta allí en su asno. Van charlando amigablemente, cuando el labriego, sin muchos formulismos, le pregunta…