Celebramos hoy en la Iglesia una fiesta muy antigua y muy popular: la Presentación del Señor en el Templo, la de las Candelas o Candelaria, como se la llama en muchas partes, fiesta que tiene una raigambre bíblica muy fuerte.
Cuando el ángel exterminador mató a todos los primogénitos de los egipcios, se libraron los primogénitos de los israelitas, porque vio los dinteles de sus casas untadas con la sangre del cordero pascual. En memoria de este hecho, Dios mandaba que el hijo primogénito varón, a los cuarenta días de nacido, fuera presentado al Señor en su templo y se le rescatara con un sacrificio y la ofrenda de unas monedas.
María y José, fieles observantes de la ley, suben de Belén a Jerusalén para cumplir este rito legal y sagrado.
Mezclados entre tantas otras parejas, hay sin embargo algunos que los saben distinguir…