El pasado 2 de junio emprendimos una peregrinación regresando el 6, acompañados por el Rev. Padre Luis Albarracín y un grupo bastante grande de miembros del Ministerio de Padres y Madres Orantes de diferentes parroquias de los Estados Unidos.

El día que llegamos, después de haber dejado el equipaje en el hotel, nos fuimos ansiosos a saludar a la Patrona del Ministerio, la Virgen de Guadalupe, para ponerle en sus manos a nuestros hijos y los hijos del mundo entero, también le pedimos que caminara con nosotros y nos abriera el corazón para recibir todas las bendiciones durante la peregrinación.

Para las personas que por primera vez visitaban la Basílica, al pasar a saludar a Nuestra Señora sintieron una emoción inexplicable,  no encontraban palabras para explicar los sentimientos…   es el amor que Ella tiene hacia cada uno de nosotros.

Estuvimos visitando la Capilla del Cerrito en lo alto del Tepeyac donde Nuestra Santísima Madre, tuvo las primeras apariciones.  Hay que subir 360 escalones para llegar a la cima, mientras subíamos admirábamos los bellos jardines alrededor y nos sirvió para reflexionar sobre el amor que Dios tiene hacia nosotros.  Disfrutamos de una hermosa y brillante tarde.

El día sábado tuvimos la procesión a la Basílica, dándonos un saludo de bienvenida el Padre L. Albarracín, quien celebro Misa a las 7:45 am. Le entregamos a la Santísima Virgen como regalo a nuestros hijos y también unos arreglos florales muy lindos.

A las 2:30pm tuvimos una Hora Santa en la Antigua Basílica de Guadalupe, llegaron  visitantes a la Basílica y optaron por voluntad propia unirse con nosotros pidiendo la intercesión de María por la conversión y salvación de los hijos.

Durante la Hora Santa, estando frente a Jesús Eucaristía… sentimos la presencia de la Santísima Virgen María…  en lo más profundo de nuestro corazón a través de las oraciones y las alabanzas, nos sentimos muy bendecidos y esas bendiciones serán compartidas con nuestra familia y en especial por nuestros hijos.

El Domingo de Pentecostés tuvimos la procesión a la Basílica, dándonos un saludo de bienvenida el Padre Luis Albarracin.  Le entregamos a la Santísima Virgen como regalo, a nuestros hijos y también unos arreglos florales muy lindos.  Estuvimos en la misa donde nos sorprendió la asistencia de tantos sacerdotes y monaguillos arriba en el altar,  fue una experiencia muy hermosa, el Padre Luis Albarracin fue uno de los sacerdotes en el altar.

Llegamos de regreso a casa con un corazón lleno de paz, amor y agradecimiento por los regalos recibidos del Señor y de nuestra amada Madre, la Virgen de Guadalupe, y con deseos de volver a darle las gracias personalmente a Ella.